Psychosomagic
When I have to write about this, I suffer. I don't exaggerate, I suffer. Being unable to confess, that is suffering - clarity fails and freedom is gulped by a monster that feeds on reclusive sensations, tortorous ideas. A knot is generated from the throat down to the chest and one is left twisted, like a cleaning rag with no blood left to wring.
Based on the experience that my feelings of love could sediment psychological disorders that affect my physical state, such feelings can be understood as psychosomatic. If, on top of it, one finds delusive and supernatural qualities to that love, there is no doubt that such is, then, the psychosomagic feeling par excellence – like madness, as I understand it. Both love and madness produce a kind of comprehensive alchemy, a disturbance of a world we thought we knew.
Who am I to deny the mad one that his intestines aren't in his body anymore? Let's reserve reason for the experts. That's what he believes, that's how it is. A mirror-ball, reality from every point of view. Backwards, inverted, spins uncontrollably. So much reality makes you dizzy. Everything breaks through exaggerated; joy becomes euphoria, and sadness, death. These are the drugs that condemn us to life sentence. What is what? Which is which? I'm confused already. I'm not sure if we were talking about love or madness; they understand each other and they sense senseless nonsense; sincere, superimposed.
The sacred and the profane tied up, made kaleidoscope.
Psicosomágico
Cuando tengo que escribir sobre todo esto, sufro. No exagero, sufro. No poder confesar, eso es sufrir; falla la claridad y a la libertad se la traga un monstruo que se alimenta de sensaciones reclusas, de ideas tortuosas. Se genera un nudo desde la garganta al pecho y una queda retorcida cual trapo de piso sin sangre que escurrir.
Partiendo de la experiencia de que el sentimiento de amor podría sedimentar trastornos psicológicos que afectan al estado físico, dicho sentimiento puede entenderse como psicosomático. Si sumado a esto, una atribuye cualidades ilusorias y sobrenaturales no cabe dudar de que es éste entonces el sentimiento psicosomágico por excelencia. Como la locura, según la entiendo. Ambas producen una suerte de alquimia comprensiva del mundo que hasta entonces conocíamos.
Quién soy yo para negarle al loco que sus intestinos ya no están adentro de su cuerpo? El porqué reservémoslo para los entendidos. Eso cree, así es. Una bola de espejos, realidad por donde se la mire. Al revés, invertida, gira incontrolable. Tanta realidad que marea. Todo se torna exagerado, la alegría se transforma en euforia y la tristeza en muerte. Es la droga que nos condena a cadena perpetua. Qué es qué? Cuál es cuál? Ya me confundí. No se si hablábamos de amor o de locura, que entre ellas se entienden y se sienten un sinfín de sinsentidos; sinceros, superpuestos.
Lo sagrado y lo profano todo junto, hecho caleidoscopio.